Esta es nuestra historia
1921–1930
La primera década
La primera década, entre 1921 y 1930, fue el periodo de las representaciones. El comercio entre Finlandia y Polonia no era muy próspero por diversos motivos, de modo que la empresa consiguió representaciones en otros países de Europa.
En 1926, empezamos a importar receptores de radio justo cuando comenzaron las primeras radiodifusiones en Finlandia. La actividad industrial de Helvar en 1930 consistía en ensamblar aparatos de radio en cajas prefabricadas. Gradualmente, el enfoque se centró por completo en las radios y, en 1935, la empresa pasó del ensamblaje a la fabricación de sus propias radios.
1930–1939
La radio: un éxito sensacional
Entre 1930 y 1939 se produjo un importante desarrollo de la producción de aparatos de radio.
La producción aumentó hasta los 15 000-20 000 aparatos anuales. En 1937, Helvar era el mayor fabricante de radios de Finlandia. En 1938, Helvar abrió su primera fábrica en Pitäjänmäki, Helsinki.
1940–1950
Guerra, paz y balastos
En los siguientes cinco años, Helvar reanudó la producción para consumo mientras reorganizaba el departamento de electricidad, fundado en 1947. Debido a la escasez de materiales, la producción para consumo pasó horas bajas. Hasta 1950 no se batió un nuevo récord de producción anual de radios: 30 000 aparatos.
Se empieza a considerar el departamento de equipamiento eléctrico como una línea de negocio separada y la producción de balastos y contactores comenzó en 1949–1950.
La iluminación dio un considerable salto adelante en la década de 1930 con la invención de la lámpara fluorescente en Estados Unidos. No fue hasta pasada la guerra, a finales de la década de 1940, que este tipo de iluminación se convirtió en habitual en Finlandia. En 1949, Helvar arrancó por fin la producción de balastos para lámparas fluorescentes.
1950–1970
La televisión: la nueva tecnología
En la década de 1950, una tecnología nueva y revolucionaria, la televisión, cambió la industria y sus exigencias. La primera emisión televisiva en Finlandia tuvo lugar en 1956. Helvar se adaptó rápidamente a la nueva tecnología y participó en la creciente producción de aparatos de televisión. En poco tiempo, los aparatos de televisión se convirtieron en el principal artículo de producción de la empresa.
En 1966, Helvar arrancó la producción de componentes de controles de iluminación, ampliándola posteriormente para incluir sistemas de control de iluminación para teatros y salones de conferencias.
En 1968, Helvar cesó la producción de aparatos de radio y televisión, pero mantuvo las actividades de marketing en esta línea.
En esos momentos, se produjeron cambios radicales en la producción de la empresa. Significó el paso de una línea de producción de entretenimiento tradicional a la producción exclusiva de equipos eléctricos.
La producción seguía incluyendo balastos, contactores y, también atenuadores de luz.
1970–1980
Solo iluminación
Como resultado del aumento de la producción de balastos entre 1965 y 1975, que se multiplicó por ocho, Helvar construyó la fábrica de balastos más moderna del mundo en Karkkila en 1973.
Alto grado de automatización, grandes volúmenes de producción, rentabilidad, productos fiables y personal profesionalmente cualificado… todos factores decisivos para el éxito de Helvar a lo largo de los años. Fiel al espíritu de siempre de Helvar, la fábrica sigue siendo una de las más eficientes del mundo, así como de las más grandes de Europa.
El impacto de la crisis del petróleo de 1973 obligó a un cambio en el uso de energía. De un consumo desaforado, la eficiencia energética pasó a formar parte de la producción de balastos, así como de la misión de Helvar.
1980–1999
Electrónica, adquisiciones y DALI
A principios de la década de 1980, los balastos electrónicos se incorporan a la gama de productos. Helvar desarrolló el primer balasto electrónico atenuable del mundo para lámparas fluorescentes. La iluminación electrónica fue ganando importancia y, además, aumentó rápidamente la demanda de sistemas de control de iluminación a finales de década.
A medida que aumentó la demanda de sistemas de control de iluminación, Helvar adquirió Electrosonic en 1990. La división de iluminación de Electrosonic se fusionó con Helvar en 1998, lo que llevó a la empresa a un nuevo nivel en todo el mundo.
En la Nochevieja de 1999, la fábrica de Karkkila sufrió graves daños a causa de un incendio provocado por unos fuegos artificiales. Los trabajos de reconstrucción de la planta comenzaron de inmediato y la producción de balastos se reanudó en febrero de 2000.
2000–2010
Camino de crecimiento
En 2000, Helvar fue pionera mundial con su gama de balastos electrónicos delgados, que cobró un rápido auge y se convirtió en la norma del sector.
Durante este periodo, la electrónica de la iluminación dio un enorme salto adelante. Un cambio significativo fue el paso de la producción de componentes individuales a la producción de sistemas completos para satisfacer las necesidades de distintas aplicaciones de iluminación. A lo largo de 2004, Helvar centralizó en Karkkila sus actividades en Finlandia, reforzando al mismo tiempo su posición de mercado.
La primera década del nuevo milenio arrancó de la peor forma posible, pero acabó siendo todo un éxito. Durante esta década, Helvar presentó balastos energéticamente eficientes y productos para controles front-end, con importantes inversiones en I+D.
En 2009, Helvar inauguró un almacén centralizado en Fráncfort (Alemania).
2010 – Actualidad
La historia de éxito continúa
En la actualidad, Helvar es una de las empresas europeas más importantes de su sector, al ser capaz de combinar sus conocimientos expertos en balastos y control de iluminación de manera única, gracias a su afán por crear productos y soluciones innovadores y sostenibles.
Su sede central se encuentra en Finlandia, al igual que las operaciones de desarrollo y fabricación de luminarias de la empresa. El centro de competencias de los sistemas de iluminación se encuentra en Londres.
El carácter internacional y las exportaciones son las piedras angulares de Helvar desde sus comienzos, y el 97 % de las ventas actuales se destinan a otros países aparte de Finlandia.
A pesar del increíble crecimiento y desarrollo tecnológico, la empresa mantiene su «espíritu Helvar» original: arraigado orgullo local, cercanía al cliente, espíritu de trabajo y conocimientos expertos industriales de primera clase.